Detenida en la orilla de mis sueños,
vivo en un instante,
el milagro del tiempo
que se aleja y se aleja
inoxerable y eterno.
Desafiando su paso
invento un mundo
de soles y de sombras.
Yo vivo en él,
en el furioso viento,
que sirva en los abismos,
y en ese otro, suave,
que murmura entre las ramas
Vivo en el trueno que
desata la tormenta
y en el destello fugaz
de la estrella que cae
Vivo en la mirada de
todas las miradas,
en un latido
y en todos los latidos
Vivo en la lluvia
que derrama la bóveda
del infito cielo
En el andar cansado
del anciano
y en el
recorrer alegre
de los niños
Estoy en todas partes,
me uno a otras vidas
y vuelvo en otras vidas,
fundidas en el universo.
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